"Sol
nocturno"
Me
quedé petrificado cuando los vi. Nada en mi vida me había preparado
para ese momento. Siempre creí que la gente que decía haberlos
visto eran solo locos o personas que necesitaban llamar la
atención... o “buscarse una vida”, como suele decirse. Siempre
resulta ser fácil desacreditarlos y, si lo que dicen amenaza con
destruir nuestra cómoda percepción de las cosas, no tardamos ni un
segundo en hacerlo.
Pero
cuando finalmente te hallas allí parado frente a aquello que antes
no querías ver, todo tu mundo se desmorona en un instante. Todo lo
que dabas por hecho se deshace frente a tus narices y todo lo que
creías imposible cobra vida como una ley fundamental del universo.
Esa
semana había decidido hacerme una escapada a la casa quinta de mi
hermana. Ella no la estaba usando así que me pareció una excelente
idea el tomarme unas cortas vacaciones y descansar del ritmo
asfixiante de la ciudad.
Todo
iba de las mil maravillas hasta que llegó la tercer noche.
Serían
las dos de la mañana cuando me encontraba preparándome un café en
la cocina. Había terminado de ver una película y me estaba
planteando seriamente el ver otra. Estaba de vacaciones y quedarme
despierto hasta altas horas de la noche y dormir hasta pasado el
mediodía era mi forma favorita de disfrutarlas. Así que allí
estaba yo, poniéndole azúcar al café cuando se me ocurrió mirar
por la ventana. No se porqué lo hice... simple instinto, supongo.
Allí
los vi, dos figuras grises bajo la luz de los faroles del jardín.
Altos y con proporciones poco normales para un ser humano. Sus ojos
grandes y negros me miraban vigilantes. Juraría que por un instante
los escuche susurrar algo, pero ahora creo que fue solo la impresión
del momento.
No
pude reaccionar. Me quedé totalmente paralizado. No se si fue por
miedo, asombro o incredulidad; quizás fue un poco de las tres. Debo
haber estado así un par de minutos y en todo ese tiempo las dos
figuras permanecieron completamente inmóviles. Cuando por fin mi
cuerpo respondió, corrí hacia la puerta. No pensé, solo sentí el
impulso de salir y verlos de cerca.
Al
salir al jardín ya no estaban. Todo parecía normal. Hablé pero no
escuché respuesta. Por un momento creí que se trataba de alguna
broma pesada pero no tuve tiempo de meditarlo demasiado.
De
pronto, todo el jardín se iluminó. Mire hacia arriba y pude ver una
gran esfera incandescente flotando a unos pocos metros sobre mi
cabeza, casi como un sol en medio de la noche. Su luz blanquecina era
casi hipnótica. Fue como si el tiempo se detuviera y por un instante
creí sentir que mi corazón también lo hacía.
Entonces
con la velocidad de un rayo la esfera se elevó hacia el cielo y
desapareció, y yo me quedé allí parado, observando las estrellas,
sin poder terminar de comprender lo que había sucedido.
Cuando
volví a entrar me asomé nuevamente por la ventana esperando ver a
las figuras de nuevo, pero no fue así. Tomé la taza y me sorprendí
al sentirla fría. Probé el café y estaba frío, como si llevara
horas allí. Lo cual era ridículo pues recién lo había preparado y
todo el suceso no había tardado más de unos cinco minutos... diez,
exagerando.
Por
instinto miré mi reloj. Se había detenido a las dos y cuarto. Miré
el de la cocina y marcaba las cuatro y media. Algo andaba mal...
Revisé
el de la sala de estar, el despertador de la habitación, incluso
llamé al servicio telefónico que da la hora y todos coincidían con
el reloj de la cocina. Me dejé caer en el sillón, dos horas de mi
vida habían desaparecido, me las habían arrebatado. Quienes...
como... por qué... no hallaba respuesta.
Esa
noche no pude dormir... A la mañana siguiente tomé mis cosas y me
volví a la ciudad.
Nunca
más volví a pisar ese lugar y jamás le conté a mi familia lo
sucedido. Solo se lo dije a un amigo y no se si realmente me creyó...
Algunos
dicen que hay métodos para recobrar esas horas perdidas, pero nadie
asegura que lo que allí recuerde me vaya a gustar. Así es que
prefiero dejar las cosas como están.
Lo
peor de todo es que en algunas noches suelo despertarme de madrugada
sintiendo la absoluta certeza de que están ahí afuera...
observando.
Fin...?
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