Dioses
La
luz brilla con la intensidad de Helios.
El
azul casi innatural, ejerce su increíble poder uniendo las formas
previamente moldeadas a golpes por la maza de Hefesto. El casco de
Hades protege la vista sensible del poder supremo de los dioses, el
rayo de Zeus, que una y otra vez funde el metal dando paso a la
creación.
Las
musas hacen su trabajo inspirando formas en la mente y dirigiendo la
mano con absoluta maestría.
Los
materiales brindados por Gaia se siguen sumando, incrementando la
opulencia de la obra y la sabiduría de Atenea brinda el equilibrio
necesario para que esta se alze sobre su base.
La
maza y el rayo siguen trabajando con el tiempo otorgado por Cronos,
siempre presente, mientras la belleza de Afrodita se funde lentamente
con la obra.
Los
días pasan sin descanso bajo la atenta mirada del Olimpo y los
dioses se afanan por completar el trabajo.
Finalmente,
el poder de Poseidón se aloja en la figura rampante y la profecía
de Apolo se cumple cuando la obra es presentada ante los mortales.
El
marchant se acerca al artista y este ve a Niké que le sonríe,
otorgándole la victoria.
–Has
vuelto a superarte. –exclaman los mortales, al tiempo que el
artista piensa:
“Siempre es
fácil cuando el poder del Olimpo está de tu lado”.
Dedicado
a Martín Graziano,
escultor,
músico y poeta ferroviario...
No hay comentarios:
Publicar un comentario